La cita con la danza de ‘No idea’ y ‘Fata Morgana’ será en la Sala Insular de Teatro los días 17, 18 y 19 de octubre
El jueves, 16 de octubre, a las 20.30 horas, los bailarines darán un pase especial para la prensa
La danza contemporánea de dos de los creadores más inquietos del panorama cultural canario llega a la Sala Insular de Teatro (SIT). Carmelo Fernández y Carmelo Salazar ponen en escena ‘No idea’ y ‘Fata Morgana’, dos piezas en un solo programa que son “una muestra de una colaboración de más de diez años” entre dos bailarines que han decidido dar el paso y montar una nueva compañía escénica canaria. Este espectáculo, que supone el estreno de la temporada de danza de la SIT, es, también, el debut de 9delargo, una nueva compañía que nace para traer hasta Canarias los nuevos lenguajes de la danza y “dar una oportunidad a los creadores de las islas”, destacó Fernández. Por lo pronto, los aficionados a esta disciplina escénica tienen la oportunidad de disfrutar de un montaje que cambiará la propia fisonomía del recinto escénico de la Avenida Primero de Mayo. Las piezas, independientes entre sí, se representarán (entre el 17 y el 19 de octubre) en el patio de butacas, por lo que el aforo de la sala quedará reducido a 87 plazas. Las entradas para Teatro Cuyás, a través de la página web oficial (www.teatrocuyas.com), en la propia SIT una hora y media antes del comienzo de la función o por mediación del teléfono 902 405 504.
Gonzalo Ubani, director artístico de Teatros del Cabildo, señaló hoy, durante la presentación de esta obra, que la SIT es un “escaparate ideal para todo este tipo de espectáculos” que, según indicó, “no encuentran hueco en la programación de otros recintos escénicos”. Ubani reafirmó el compromiso de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico y Cultural del Cabildo de Gran Canaria con la danza y comentó que la propuesta de 9delargo “es muy interesante para el público”. “Estamos ante dos creadores que son capaces de transmitir muchas cosas a través del movimiento del cuerpo. Será una experiencia intensa para todos los que se acerquen a la Sala Insular de Teatro”, dijo.
Por su parte, María Aranzazu Gutiérrez, directora general de Cooperación y Patrimonio Histórico del Gobierno de Canarias, institución que ha participado en la producción del espectáculo, señaló que “la satisfacción del Ejecutivo canario es doble: por una parte estamos apoyando la creación de productos de gran calidad cultural y por otra apoyando de manera decidida a creadores canarios”. La directora general autonómica destacó “la capacidad de experimentación corporal” de los bailarines isleños y auguró “mucho éxito” a la producción.
La programación de este espectáculo es una muestra más del compromiso de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico y Cultural por la difusión de la danza en sus diversas manifestaciones. Según adelantó la consejera del área, Luz Caballero, durante la presentación de la temporada, Teatros del Cabildo programará un mínimo del 25% de danza en sus dos recintos escénicos de referencia, esto es, la Sala Insular de Teatro y el Teatro Cuyás.
Movimiento de resistencia
Carmelo Fernández señaló que la creación de esta nueva compañía es algo así como “un acto de resistencia” ante la emigración masiva de los creadores canarios que se dedican a la disciplina de la danza. “Tienes que asociarte, porque si no lo haces, cualquier esfuerzo es inútil”, dijo el coreógrafo y bailarín quien describió su ‘Fata Morgana’ como “una reacción analógica ante un arte cada vez más mediatizado por la tecnología”. En colaboración con el músico Jef Mercelis, el cuerpo e “instrumentos que no hacen posible una intervención del ordenador” establecen un diálogo que pretende ser un “espejismo”, una “llamada a la fantasía”. “Vamos a proponer un viaje a través de músicas, canciones e historias mediante una cortina musical que interactúa con los movimientos del cuerpo creando tonos, sonidos y ritmos”, dijo.
Por su parte, Carmelo Salazar presentará en sociedad su ‘No idea’, una pieza que pretende ser una reacción contra “el camino que la danza ha emprendido hacia la parateatralidad”. Los espectadores que se acerquen a la Sala Insular de Teatro podrán ver las evoluciones de “un cuerpo capaz de meterse en muchos cuerpos”. Para Salazar, una de las claves de su montaje es la idea permanente de “desplazamiento”. “Me gusta jugar con el tono, la velocidad y la figura”, una combinación que se traduce en una pieza marcada por el “movimiento” más allá de los corsés de la danza narrativa. Y todo ello acentuado por la sensación de cercanía del público.