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Programa de conciertos didácticos destinados a alumnos


La sala Insular de Teatro acoge, durante las mañanas de esta semana, un divertido programa de conciertos didácticos destinados a alumnos de toda la franja educativa con dos formatos especialmente adaptado para cada ciclo de edad. Esta experiencia, que se repetirá el miércoles, jueves y viernes a las 10.00 (infantil y Primaria) y 11.30 horas (Secundaria y Bachillerato), pretende acercar a los niños y niñas de la isla a la música en directo a través de experiencias que aúnan divertimento y aprendizaje. La adaptación curricular de los contenidos de estos conciertos permiten atenderá las necesidades de alumnos y alumnas con edades comprendidas entre los tres y los 17 años.


Los acordes y explicaciones de los miembros de la ‘Local jazz Band’ de Las Palmas de Gran Canaria sirvieron para que los menores que abarrotaron la Sala Insular de Teatro aprendieran los condicionantes sociales y artísticos que rodearon los orígenes del Jazz, el nombre de alguna de sus figuras más representativas y algunos fundamentos técnicos y artísticos de este estilo musical que vivirá un final de fiesta digno de verse el viernes, 7 de noviembre, a las 20 horas, con el concierto de Joshua Redman, uno de los mejores saxofonistas del mundo.

Según los propios miembros de la ‘Local Jazz Band’, que adaptaron un concierto de este estilo musical para convertirlo en una divertida clase, el “Jazz es la música de la libertad”, un “modo de entender el ritmo que supo aprovechar lo mejor de todas las culturas que formaban parte de los Estados Unidos a finales del siglo XIX y principios del XX”.

Esta experiencia educativa, que tendrá continuidad a lo largo de la temporada, se une a las funciones escolares de teatro y danza programadas por Teatros del Cabildo. La inclusión de la música es una muestra del concepto de gestión global del área de Artes Escénicas que está llevando a cabo la consejería liderada por Luz Caballero. Este programa exige una coordinación de esfuerzos entre el propio personal del área de Artes Escénicas del gobierno insular y los centros educativos, a los que se le facilita material didáctico previo que se prepara en las clases antes de acudir al teatro.

El objetivo último de esta iniciativa es acercar a los niños y niñas de la isla al hecho escénico no como públicos de futuro, sino como espectadores que ya disfrutan en plenitud de condiciones de la programación, especialmente adaptada a sus necesidades educativas, que oferta Teatros del Cabildo. Es fundamental que los niños y niñas disfruten de las artes escénicas como experiencia enriquecedora y que sean ellos mismos los que demanden modelos de ocio inteligente que los conviertan en adultos entendidos y críticos con lo que los rodea. Por ello, la programación adaptada a públicos infantiles y adolescentes se prepara con el mismo rigor que la programación que ha convertido a los teatros gestionados por la Consejería de Cultura del cabildo de Gran Canaria en uno de los referentes nacionales de las artes escénicas.

BLANCA PORTILLO NOS ADENTRA EN UNA PARÁBOLA SOBRE LA DECADENCIA DEL AMOR EN VÍSPERAS DEL DESASTRE

La obra Barroco de Tomaz Pandur estará en escena en el Teatro Cuyás los días 7, 8 y 9 de noviembre



Tiempos de cambio drástico y revolución. El texto que inspira este estremecedor retrato sobre la decadencia de los sentimientos se inspira en ‘Las Amistades Peligrosas’. Pero el trasfondo de esta obra que trae a Gran Canaria a la genial Blanca Portillo va mucho más allá del cambio social que ya se barrunta años antes de estallar la Revolución Francesa. La acción tampoco tiene por único escenario un elegante tocador de señoras versallesco. El director de escena Tomaz Pandur ha retorcido el espacio escénico de una de las obras cumbre de la literatura occidental para situar la acción en dos situaciones límites: poco antes de que empiecen a rodar las cabezas en París y al borde de una hipotética Tercera Guerra Mundial. Las amistades peligrosas, de C. de Laclos, y Cuarteto, de Heiner Müller, se convierten en el hilo argumental donde tres personajes (interpretados por Blanca Portillo, Asier Etxeandia y Chema León) dan una lección de interpretación mientras se mueven rítmicamente al son de una coreografía de Nacho Duato. Barroco se representará sobre las tablas del Teatro Cuyás los días 7, 8 y 9 de noviembre. Las entradas ya están a la venta en las taquillas del mejor teatro de Canarias, en la web oficial del recinto escénico (www.teatrocuyas.com) o a través del teléfono 902 504 405.

“Choderlos de Laclos escribió su novela Dangerous Liaisons siete años antes de la Revolución Burguesa Francesa. Heiner Müller publicó Cuarteto exactamente doscientos años más tarde. Estaba, de la caída del Muro de Berlín, casi a la misma distancia que Laclos estaba de la Revolución. Laclos hubo de ver pronto cómo se degradaban los personajes de su salón y cómo, muy probablemente, fueron decapitados en el histórico frenesí durante el cual únicamente la guillotina sabía lo que estaba haciendo. Müller coloca sus personajes en un refugio durante la Tercera Guerra Mundial, tras haber pasado por la experiencia de las explosiones de Hiroshima y Nagasaki” destaca Pandur.


El director del montaje continúa: “En esta repetición interminable de los mismos sucesos parece que la historia está escarbando continuamente en su propio vertedero de basura; y por ello no resulta difícil creer a Canetti cuando concluye que, a partir de un cierto momento, la historia dejó de ser real y, por consiguiente, toda la humanidad ha abandonado la realidad sin ni siquiera darse cuenta. Esta historia es, con mucho, una casa bastante incómoda para el hombre, puesto que lo que hace en ella no es otra cosa que experimentar el curso de los (continuamente repetidos) acontecimientos y está continuamente deseando algo grande que podría venirle de alguna otra historia”.

En medio de esta disertación sobre el destino del hombre o, como el propio Pandur dice “la ilusión de la libertad”, el director coloca otro conflicto universal que nos toca a todos. La perenne lucha de sexos; el problema de que hombres y mujeres ‘aguanten al 50% el peso del cielo’. “El conflicto histérico de hombre y mujer como los dos lados de la misma indiferencia, que cobra sentido y significado únicamente en el escenario de su mutuo conflicto”, explica el director. “Y no busca perdón en el pasado porque carece de ambas cosas, de pasado y de futuro; es un presente continuo. La historia de cómo se devoran el uno al otro es quizás la única historia que podemos reconocer como el presente”.

La obra es un extenso cara a cara entre la marquesa de Merteuil y el vizconde de Valmont, atrapados fuera del tiempo. Son Sísifo acarreando su amor hasta la cima, para despeñarlo convertido en odio, y vuelta a empezar. Llevan dos siglos y medio hiriéndose, y están desechos, atrapados en lo que parece un garaje y es un búnker, después de una explosión nuclear. Ahí los colocó Heiner Müller, y ahí los reencontramos, en esta versión de Tomaz Pandur.


La importancia de la música

Nacho Duato pone la esencia del movimiento y Boris Benko la música que acompaña a la acción. Una interesante mezcla de estilos que incluye piezas barrocas que se alternan con músicas de otros tiempos y estilos. La heterodoxia de la propia escenografía tiene un reflejo claro en la partitura de la obra. “Desde nuestras primeras conversaciones con el director Toma Pandur”, señala Benko, “sabíamos que la obra y la música -como ocurre con la novela- transcienden el tiempo y el espacio en los que se desarrollan los acontecimientos. Tomaz ha conseguido esa sensación de intemporalidad con saltos narrativos y una escenografía poco ortodoxa -sitúa a los actores ataviados con suntuosas vestimentas barrocas entre las paredes de hormigón de un búnker. En cuanto a nosotros; en lugar de optar por lo evidente y componer música de reminiscencias barrocas, nos decidimos por combinar fragmentos barrocos con elementos pertenecientes a diferentes épocas y culturas. Un detenido examen de las piezas revela una amplia variedad de referencias: de Albinoni a Händel, de Sarasate a Saint-Saëns, de Khachaturian a Gorecki, de Vangelis a Sakamoto- trazando un arco que se extiende desde comienzos del siglo XVIII hasta nuestros días, lo que le da ese deseado toque de universalidad. Podemos detectar asimismo retazos de folklore en la interpretación especialmente en las piezas escritas para violín y violonchelo”.

La prensa ha dicho

“La prolongada ovación del público estrenista premió, sobre todo, la labor de los intérpretes, que acabaron descendiendo al patio de butacas, entre sus admiradores”. El País

“Hermosa decadencia; refinada belleza”. El Mundo

“La escena española debería reconocer a Blanca Portillo como la gran actriz de su generación” La Razón

“Blanca Portillo es soberbia. Actúa como una soberana mantis religiosa”. ABC

‘De Cabeza’ en el Teatro Cuyás

“Teresa Nieto es una de esas referencias que marcan mi actividad como programador de Teatros del Cabildo”. De esta manera se refirió Gonzalo Ubani a la bailarina y coreógrafa que trae su espectáculo ‘De Cabeza’ al Teatro Cuyás el sábado 1 (20.30) y domingo 2 de octubre (19.00). “Cuando uno se dedica a este trabajo, siempre tiene uno o dos referentes que utilizas en la programación para imprimir carácter y sellos de calidad a la temporada. En teatro, podríamos hablar de Nuria Espert y en danza esa persona es Teresa Nieto”, resaltó Ubani.


El responsable artístico de los recintos escénicos gestionados por la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico y Cultural del Cabildo de Gran Canaria adelantó que los aficionados que se acerquen este fin de semana al Cuyás podrán disfrutar “de uno de esos espectáculos de los que sales con una sonrisa”, una apuesta segura, añadió que incluye “danza de la buena y una fusión de estilos de gran interés”. Las entradas para disfrutar de este espectáculo de danza de calidad contrastada ya están a la venta en las taquillas del Teatro Cuyás, a través de la página web oficial o llamando al teléfono 902 504 405.

Según la propia coreógrafa, este ‘De cabeza’ es una invitación a arriesgarse y disfrutar de todos los momentos buenos que tiene la vida. “Está claro que mojarse implica también pasar los malos ratos, pero tirarse de este trampolín de cabeza, atreverse, también te abre las puertas a disfrutar de todo lo bueno que este mundo nos ofrece”. Esta es la base argumental de un espectáculo en el que tres bailarines contemporáneos y tres de flamenco se lanzan a un diálogo de estilos que “es una metáfora de nuestra propia existencia”. El secreto de esta pieza que ha despertado aplausos en los mejores escenarios de España es que “parte de la experiencia vital de todos y cada uno de nosotros”. “Es un trabajo colectivo en el que cada intérprete ha aportado su granito de arena para crear una coreografía que va desde momentos muy íntimos a otros con mucha caña. Hay de todo; el público se ríe, llora… Eso es lo más importante, que el espectáculo conecta muy bien con la gente”, añadió Nieto.

La bailarina destaca que este montaje parte también de una gran paradoja que domina su vida artística en los últimos años. “Quiero expresar que estoy cansada, que necesito descansar y dejar de bailar por un tiempo, pero cuando me arranco, no me sacan del escenario ni con agua caliente”. Esta disparidad de ánimos tiene su reflejo en una obra que invita a “mojarnos, porque no arriesgarse a pasar lo malo significa darle la espalda a todo lo bueno”. En este sentido, ‘De cabeza’ tiene muchos “tintes autobiográficos”.

Este montaje cuenta, además, con la participación de dos bailarines canarios; Jesús Caramés y Vanessa Medina que, junto a la propia Teresa Nieto, completan la terna de artistas contemporáneos. En el otro lado de la balanza se encuentran los tres bailaores flamencos: Daniel Doña, Manuel Liñán y Olga Pericet. Para conjuntar esta pareja de tríos, se ha buscado una música ecléctica que, paradójicamente, no navega por las aguas del flamenco, que sólo tiene un pequeño guiño de pocos minutos.

TERESA NIETO PONE EL CUYÁS ‘DE CABEZA’ CON UNA NUEVA PROPUESTA DE DANZA CONTEMPORÁNEA


Teresa Nieto se tira de cabeza en un escenario que conoce bien. La bailarina y coreógrafa de danza contemporánea estará en el Teatro Cuyás entre los días 31 de octubre y 1 y 2 de noviembre con un espectáculo de fusión que combina los palos más tradicionales del flamenco y los ritmos más trepidantes de la danza contemporáneo. Fruto de esta simbiosis nace ‘De Cabeza’, una metáfora sobre la vida donde seis bailarines se enfrentarán a los miedos y las dudas de la existencia arrojándose a la piscina de las tablas del Cuyás. Las entradas ya están a la venta en las taquillas del recinto escénico de la calle Viera y Clavijo, en la web (www.teatrocuyas.com) y a través del teléfono 902 504 405.

“De Cabeza está planteado como un lugar de encuentro para compartir, para experimentar, para volvernos locos si es preciso. Como un nuevo reto para todos los que vamos a participar en él”, destaca Nieto. La bailarina y coreógrafa entiende que este montaje incide sobre la idea de “fusión” y de la de “enfrentamiento de varias personalidades” que podrían resumirse en una dicotomía expresiva entre el lenguaje más clásico del flamenco y las diferentes posibilidades de la danza contemporánea. “Me apasiona averiguar qué química se genera y se desprende al colocar en un mismo proyecto a artistas tan dispares, con técnicas, conceptos y trayectorias tan
distintas, pero tan cercanos en lo esencial: la necesidad de comunicarse, compartir, evolucionar, enfrentarse a nuevos procesos”.

Por ello, continúa, “De Cabeza está planteada como una obra de creación colectiva para seis
bailarines-bailaores. Tres bailarines de técnica contemporánea: Jesús Caramés, Vanessa Medina y Teresa Nieto y tres bailaores flamencos: Daniel Doña, Manuel Liñán y Olga Pericet. Apuesto, una vez más, por un equipo artístico y técnico de continuidad, pero con la incorporación de nuevos elementos que aporten al trabajo nuevos puntos de vista, nuevas energías, nuevos aires… Con esto pretendo, no sólo enriquecer el proceso de creación y por lo tanto el resultado final de la puesta en escena, sino incorporar a Teresa Nieto en Compañía a artistas con bagajes distintos a los nuestros que de alguna forma remuevan nuestros códigos establecidos de comunicación interna y nuestros planteamientos escénicos”, añade la bailarina y creadora escénica.

La vida como trampolín

El planteamiento narrativo de la obra está basado en un doble plano de acción. Por un lado, la individualidad, la intimidad, la forma en que cada uno se enfrenta, por separado, al resto del mundo. Este plano de acción se desarrolla sobre un trampolín que actúa como una metáfora de nuestro posicionamiento ante la vida, ante los retos. “El trampolín como ese lugar en el que nos sentimos solos ante el peligro y que nos define según cómo lo afrontemos. Podemos tirarnos de cabeza, venciendo el vértigo y el miedo a lo desconocido, o ser incapaces de tirarnos a pesar de intuir las maravillas que nos esperan abajo, o intentarlo una y otra vez y terminar siempre postergándolo, o pedir ayuda a alguien para que nos espere abajo con los brazos abiertos, o necesitar un buen empujón para paliar el arrojo que nos falta… O sencillamente, sentarnos a observar, desde otra perspectiva, lo que pasa a nuestro alrededor” explica Nieto.

En otro plano, comenta la bailarina y creadora del espectáculo, se encuentran las relaciones con los demás, la necesidad de comunicación entre los seres humanos, la búsqueda de un lenguaje común con el que poder entendernos todos. En este sentido, el escenario actúa como lugar de encuentro, como espacio para compartir y establecer nuevos códigos de comunicación. “Es algo así como el lugar al que cada uno de nosotros llega con su propio bagaje para intentar establecer nuevas complicidades, nuevos encuentros (ó desencuentros), nuevos conflictos, nuevos amores… En definitiva, como lugar para experimentar e inventarnos un espacio en común”, dice.