Las andanzas en clave musical del burlador de Sevilla estarán en escena entre el 30 de enero y el 1 de febrero en el Teatro Cuyás
Fran Perea llega al Teatro Cuyás con la solvencia de un actor capaz de enfrentarse a uno de los textos más complicados de la dramaturgia en español de todos los tiempos. El cantautor e intérprete de ‘Los Serrano’ se mete en la piel de Don Juan, el burlador de Sevilla, para diseccionar las contradicciones y maldades de la sociedad española del Siglo de Oro. La obra del inmortal Tirso de Molina llenará las tablas del Cuyás de lances de amor y traición en un montaje espectacular que, en clave musical, ahonda en la compleja personalidad del ‘burlador de Sevilla’ y sus víctimas amorosas. Manuel Tejada, Jorge Roelas, Marina San José, Isabel Pintor, Lluvia Rojo (Cuéntame) y Ana Salazar se dejarán enredar por Don Juan en una triple sesión de teatro clásico que estará en cartel entre el 30 de enero y el 1 de febrero. Las entradas para asistir a este montaje de kilates están a la venta en las taquillas del Teatro Cuyás, en la página web del recinto escénico (www.teatrocuyas.com) o llamando al teléfono 902 405 504.
Riesgo. Esa es la palabra que define a un montaje que ha cosechado un éxito rotundo desde su estreno. La interacción medida del texto firmado por una de las plumas más celebradas de las letras hispánicas y un buen número de canciones que encajan en la trama como un guante son los ingredientes de la sempiterna historia de este “macarra del siglo de oro”, tal como lo define el propio Perea. “Lo que motiva las acciones de este personaje son sus orígenes, una clase noble, muy cercana a la monarquía, donde reina una hipocresía y una decadencia que genera en Don Juan un impulso revolucionario, anarquista, que consiste en gritar a los cuatro vientos sus andanzas sexuales”, comentó el actor durante una de las últimas presentaciones de la obra.
El espectador que acuda al Cuyás disfrutará de una auténtica ‘Road Movie’ que tiene por escenario Nápoles, Sevilla o Barcelona, entre otras ciudades de aquel imperio en el que no se ponía el sol. Magistralmente llevada por el director Emilio Hernández, esta obra sobre el abuso de poder y la corrupción da mayor protagonismo a las mujeres que podrán cumplir sobrada venganza sobre un Don Juan que encarna el ideal de individualista carente de medida y de decencia moral.
El desinterés por el amor, las mujeres o la sexualidad y las ganas de probar a sí mismo que es capaz de vencer hacen que Don Juan sea un exponente de la impunidad y la corrupción de una España monárquica, “producto de una realeza corrompida y ociosa”, según describe Hernández. “Don Juan forma parte de un sistema amoral y se beneficia de él. Es un ser privilegiado en esta monarquía y clase que premian y priman estos comportamientos”, destaca el director. “Estas clases continúan y los comportamientos machistas e hipócritas también. Siempre hay clases, incluso dentro de las clases, y la mujer está en la segunda”, comenta.
Fiel al original
Este Don Juan es uno de los más fieles que se han puesto en escena en los últimos tiempos. El director del montaje asegura que a lo largo de los siglos, los diferentes autores que se han acercado al mito donjuanesco lo han suavizado intentando colar virtudes a un personaje que no tiene concepción de la moralidad. Después del aterrador Don Juan de Tirso de Molina surgieron otros don juanes capaces de enamorarse como el de Zorrilla o don juanes heroicos como ese Don Giovanni de Mozart. Este personaje es una de las señas de identidad más importantes de la literatura española de los últimos cuatro siglos, un mito que ha suscitado miles de reinterpretaciones a lo largo de la historia. Pero este Don Juan, destaca Emilio Hernández, respeta de manera fiel el espíritu de denuncia de Tirso de Molina.