
De pequeño, Philippe Decouflé quería ser payaso, pero sus pasos profesionales en la Escuela de Circo le llevaron a otro palo totalmente distinto de las artes escénicas. Su talento para la danza lo consagraron muy pronto como uno de los nombres propios más importantes de los escenarios internacionales y fruto de años de estudio e investigación fraguaron en la creación de la compañía ‘DCA’ de Francia, una de las formaciones más importantes del panorama dancístico mundial. Suele actuar en los escenarios de las grandes capitales en los que llena salas y recibe críticas laudatorias por parte de la prensa especialidad. Su último espectáculo, ‘Sombreros’, ha logrado un éxito sin precedentes y este fin de semana, los artificios de danza y los alardes audiovisuales de este homenaje al cine hecho música y movimiento recala en el Teatro Cuyas en dos únicas funciones programadas para el viernes 13 y sábado 14 de marzo. Un lujo que pocas ocasiones podrán disfrutar los aficionados canarios y, en definitiva, una oportunidad que trasciende a la propia danza. Gonzalo Ubani, director artístico de Teatros del Cabildo asegura que este ‘Sombreros’ es “el acontecimiento artístico de la temporada” para el recinto de la calle Viera y Clavijo. Las entradas para disfrutar de este espectáculo ya están a la venta en las taquillas del Teatro Cuyás, en la página web del recinto escénico (www.teatrocuyas.com) y en el teléfono 902 405 504.

La compañía DCA acomete este viaje por ese México imaginario a través de un elenco de un cuerpo actoral y de baile formado por 11 integrantes. Mediante un juego de palabras, que une los términos galos de ‘héroe’ y ‘sombrío’, Decouflé hace un uso magistral de las sombras para crear piezas que son una verdadera joya desde el punto de vista coreográfico y visual. La música, de gran trascendencia en los trabajos de la compañía, es creación de Brian Eno, a quien Decouflé conoció con motivo de un encargo fallido para el Mundial de que se celebró en Alemania en 2006 y que supuso la composición de abundante material sonoro y coreográfico que ha sido la base de este ‘Sombreros’ que se mueve entre el cine y la danza contemporánea. Junto a la aportación de Eno, el espectáculo cuenta además con fragmentos de Satie o Debussy, entre otros compositores.
Una de las obsesiones del coreógrafo francés es intentar generar material para los sueños, para escapar de lo cotidiano. Sus espectáculos, todos muy visuales, se fundamentan en “universos lúdicos y fantasmagóricos que pretenden estar llenos de poesía al tiempo que provocar felicidad y satisfacción, entretenimiento de calidad para todos los públicos”, ha manifestado con motivo de la presentación de este espectáculo en tierras españolas. En este sentido, Decouflé explicó que sus trabajos “están inmersos en un proceso cambiante y renovado que busca agradar al espectador y que le lleva a modificar aquello que pudiera no ser completamente satisfactorio para el público. Es como una alquimia entre los deseos de uno y otros y los del público. Prácticamente son espectáculos a la carta”, aseguró.
En su opinión, “el problema de la danza contemporánea es que el público está necesitado de comprender. Lo que yo quiero dar a entender es que no hay nada que comprender. Sólo deseo que la mirada sea totalmente libre”, agregó. En opinión del director el resultado es “un espectáculo muy bonito, trabajado, gráfico, visual y geográfico que hace reír al público”. Sobre el escenario se mueven 7 bailarines, 2 actores y 2 músicos que han logrado traducir a emociones todo el talento de Decouflé. Según la crítica gala, el coreógrafo y su compañía han logrado el espectáculo total.