EL BALLET NACIONAL DE MARSELLA TRAS HASTA EL CUYÁS UNA REVISIÓN DE LAS METAMORFOSIS DEL POETA LATINO OVIDIO



El Teatro Cuyás de Las Palmas de Gran Canaria tiene una nueva cita con la danza de altos vuelos. Esta vez, los invitados son los integrantes del Ballet Nacional de Marsella y su coreógrafo y director Frédéric Flamand, que traen a la isla su nuevo éxito internacional, Metamorphoses, después del éxito cosechado con ‘Metápolis II en el Festival de Teatro y Danza de Las Palmas de Gran Canaria. Inspirado en las Metamorfosis de Ovidio, un poemario épico escrito en el siglo I que relata la historia del mundo desde su creación hasta la muerte de Julio César,  Flamand ha creado una pieza donde aborda el papel del cambio como generador de la evolución y de la propia conformación del universo. Un cuerpo de baile de 16 profesionales comandados por Simón Courchel, solista de la formación, convertirá en movimiento la agitada vida de los dioses de la tradición grecorromana en una agitada lucha que se desarrollará sobre el escenario del Teatro Cuyás de Las Palmas de Gran Canaria los días 8, 9 y 10 de mayo. Las entradas para disfrutar de esta obra maestra de la danza ya están a la venta en las taquillas del Teatro Cuyás, en la página web del recinto capitalino (www.teatrocuyas.com) y en el teléfono 902 405 504.
El Ballet Nacional de Marsella es una de las grandes referencias internacionales del mundo de la danza. Saben combinar, como pocos, los lenguajes más aristocráticos del repertorio clásico con las propuestas más vanguardistas y contemporáneas logrando un equilibrio que, casi siempre, da como resultado creaciones hermosas. De la mano de Frederic Flamand, responsable de la coreografía, han logrado imprimir un sello propio que logra convertir cada espectáculo en una entidad narrativa que trasluce al propio movimiento. Ya impresionaron al público grancanario con Metapolis II, una reflexión sobre el urbanismo y la arquitectura que se representó en el marco del Festival Internacional de Teatro y Danza de Las Palmas de Gran Canaria y ahora se atreven con el divino Ovidio.
El inmortal poeta romano creó, en un largo proceso creativo que duró gran parte de su vida, un poemario épico de más de 12.000 versos en el que se relata la historia de la Humanidad desde la creación del Universo, hasta la caída de la República Romana con la muerte de Julio César y su conversión en un Dios. Por medio, milenios de juegos de un mundo que asiste sin sorpresa a las metamorfosis. Los dioses del Olimpo grecoromano cambian de forma, se enamoran, se traicionan y el Ballet Nacional de Marsella convierte este periplo milenario en movimientos escogiendo los pasajes más notables de esta obra maestra de la literatura occidental. Sobre las tablas del escenario del Teatro Cuyás un total de 16 bailarines darán forma a esta extravagancia que cuenta, además de la dirección de Flamand, con la música de George Van Dam y la dirección artística de Bernard Degroote.
Una de las claves que explican este Metamorphoses, explica el propio Flamand, es su interpretación en clave actual. Más allá del espectacular diseño de la escenografía y el vestuario, firmados por los diseñadores brasileños Humberto y Fernando Campana, el coreógrafo ha querido reflejar en los mitos clásicos, aspectos que nos definen como cultura dos mil años después de que Ovidio los escribiera. “El uso de estos mitos es una oportunidad que tenemos para reflexionar acerca de los que nos hace humanos, como nuestra propensión al deseo y las creencia en que existe una eterna lucha entre las fuerzas del bien y del mal. Metamorphoses evoca esa época antigua que, paradójicamente, puede compararse con la actualidad de manera efectiva”, señala.
Según el coreógrafo, mitos como Medea y su enfermiza búsqueda de la juventud eterna, la lucha entre Perseo y la Medusa, el egoísmo patológico de Narciso o la inadaptación de Pegaso “tienen vigencia en la actualidad”, ya que “más allá de hablar de dioses o de ideales, es un fiel reflejo de la propia naturaleza humana”. En este sentido, Flamand recoge esa disección de lo humano realizada por Ovidio y la convierte en una coreografía en la que el Ballet Nacional de Marsella pone toda esa energía que lo ha convertido en uno de los ballets de referencia de la escena internacional.