
Un hombre lee un anuncio en el periódico en el que se alquila una habitación confortable a un precio muy económico. Cuando se presenta en la casa, la mansión de una extraña familia burguesa, se verá involucrado en una serie de situaciones difíciles que culminarán en un hito de vital importancia para la vida de la casa: el nacimiento de un nuevo miembro de la familia. Este es el punto de partida de ‘Feliz acontecimiento’, uno de los textos claves para entender el teatro del dramaturgo polaco Slawomir Mrozek. Marcos Ginés encarna a ese hombre que irrumpe en la vida del matrimonio formado por Emérita Suárez y Gonzalo Berzosa. Un trío que bajo la dirección de Tony Suárez pone en escena una de las obras más celebradas de Mrozek, un genio del teatro del absurdo que ha logrado, como nadie, enfrentar las contradicciones de la sociedad occidental. José Antonio González y Leopoldo Rojas completan el cartel de ‘Feliz acontecimiento’. Este montaje de la compañía canaria ‘Espacio 21’ se estrenará de manera absoluta en la Sala Insular de Teatro, un espacio que acoge esta comedia ácida y mordaz entre los días 11 y 13 de diciembre. Las entradas ya están a la venta en las taquillas del Teatro Cuyás, la página web del recinto escénico (www.teatrocuyas.com) y a través del teléfono 902 405 504.
‘Feliz Acontecimiento’, es una muestra del fino sentido del humor del dramaturgo polaco. Su aguda crítica convierte en blanco temas diversos, cotidianos, variopintos. Desde éstos se traslucen su escepticismo frente a la condición humana y sus preguntas sobre la autenticidad y la credibilidad de los móviles que subyacen a las acciones de las personas. Todo ello salpicado con un humor muy singular y una afilada ironía. De esta manera se construyen tramas que se encuentran a medio camino entre la lucidez desconcertante y el absurdo más turbador. En ‘Feliz acontecimiento’ Slawomir Mrozek disecciona el comportamiento humano a partir de las obsesiones y contradicciones de una familia y consigue crear una atmósfera donde nada es lo que parece ni nada sucede según el devenir lógico de la acción. Las escenas que Mrozek teje son mordaces, irónicas, pero el peso de sus temáticas se contagia con la levedad de sus estructuras inteligentes y simples, que le regalan al espectador la misma facultad catártica que se arroga Mrozek: la de reírse de todos, de todo y de sí mismo.
La obra, además, exhibe la apabullante artesanía literaria que consiste en lograr con el mínimo de elementos el máximo de eficacia. Un poso de amargura, una inquietud metafísica y una tragedia invisible a punto de estallar que Mrozek revela de una forma perversamente aguda, imprevisible y con una concisión admirable.
‘Feliz Acontecimiento’ es una comedia divertida salpicada de sonrisas, carcajadas y momentos de reflexión; el objetivo último del autor fue lograr hacer reflexionar al público mientras se ríe. Sus personajes exploran la alienación, el abuso de poder, la conformidad, y las limitaciones de la libertad humana. Mrozek a menudo utiliza el humor surrealista y grotesco en situaciones que ponen de manifiesto la distorsión de las creencias de sus personajes. A través de situaciones cómicas que rozan lo grotesco, el autor logra diseccionar la historia y todos sus condicionantes (política, creencias, convencionalismos…) de manera magistral.
Slawomir Mrozek es uno de los autores más importantes de su país. Aunque arquitecto de formación y periodista de profesión, el dramaturgo empezó a despuntar por sus textos teatrales a finales de los años 50. Su debut con ‘Policía’ no sólo le valió la fama internacional sino que también le obligó a exiliarse entre 1963 y 1997, año en el que vuelve de manera definitiva a Polonia. Cuenta con una buena nómina de textos entre las que destaca ‘Tango’ que aún se representa con éxito en escenarios de multitud de países. Los secretos del escritor polaco son un dominio absoluto del diálogo y una capacidad sorprendente para hacer creíble una situación disparatada. El humor es la piedra angular de una obra que gira en torno a la propia historia de la que Mrozek fue protagonista. La dicotomía entre comunismo y sociedad capitalista es otra de las constantes de este dramaturgo genial que, de la mano de ‘Espacio 21’ recala en la Sala Insular de Teatro. Una dicotomía en la que el cronista se sitúa de modo neutral mostrando las luces y las sombras de estas dos formas de entender el mundo.